Historias reales de sexualidad adolescente

Nuestra primera historia comienza con una joven de 14 años, quien inicia una relación amorosa que marcaría de forma definitiva su vida, era una relación como muchas, pasaban buena parte de su tiempo juntos y se sentían enamorados. Con el paso del tiempo, luego de tres años del comienzo de este romance, esta joven mujer, ahora de 17 años comienza a explorar, a experimentar y a vivir su sexualidad con naturalidad, pudiendo dialogar con su pareja respecto al proceso que vivían, pero no así con su círculo familiar, el cual no generaba en ella la confianza que necesitaba para poder compartir lo que estaba viviendo.
En sus encuentros la pareja se protegió con preservativo, pero al año la joven decidió consultar un ginecólogo, quien le recetó pastillas anticonceptivas, ella las tomó por un mes, comprometiéndose a una cita con el doctor al fin de ese mes, sin embargo la cita no se concertó, y al mes siguiente la joven quedó embarazada.
Ante esta realidad, por la mente de la joven pasaron muchas posibilidades, junto con la preocupación y la angustia. Luego de enterarse, le contó a su pareja quien reacciono con alegría y apoyo hacia ella. A su familia se lo contó cuando ya contaba con 3 meses de embarazo, según nos cuenta a su madre le dio mucha pena, pero la apoyo, en cambio su padre no le habló durante todo su embarazo, por otro lado la familia del padre de su hijo reaccionó muy bien.
En el ámbito académico la joven deseaba seguir estudiando, pero por diversos factores abandono el colegio donde estudiaba .Sin embargo dio la prueba y quedo en la Universidad.
Este año para la joven fue un poco difícil, ya que terminó la relación con su pareja de muchos años y padre de su hijo, aunque actualmente llevan una buena relación. Además asumió todas las responsabilidades de la maternidad y de sus estudios universitarios, y según nos cuenta, estas vivencias la hicieron ser más responsable y organizada con su vida.

El segundo relato también es protagonizado por una mujer, quien nos cuenta que su primera relación sexual se dio con su primer pololo, cuando ambos tenían quince años. Según cuenta, se dio en una relación de pareja que sostenían hacía 4 meses y que posteriormente duró aproximadamente 2 años.
En ese primer encuentro; ambos eran vírgenes y se protegieron con preservativo, pues era el único método de protección que tenían a su alcance. Cuenta que fue doloroso, pero no tanto como a ella le habían contado.
Por otro lado, todo su conocimiento acerca de la sexualidad estaban basados en libros (“Juventud en Éxtasis”) y en la información proporcionada por su colegio. Nunca existió una conversación acerca del tema con sus padres, dado que éstos se mostraban reacios a referirse a la sexualidad, posiblemente pensando en que esto podría, en vez de educar, crear un mayor deseo sexual en ellos.
Posteriormente, en los encuentros sexuales que les sucedieron, algunas veces no utilizaban ningún método de protección.
Como a los dos meses de haber empezado su vida sexual, una prima la llevó; a escondidas de sus padres, a visitar un ginecólogo, el que le recetó pastillas anticonceptivas como método de protección. Pero cuando estaba tomándolas, fue descubierta y sus padres discutieron fuertemente con ella, insultándola y hasta degradándola. Según dice, aún no supera esa conversación; pues aun cuando la recuerda siente pena e impotencia por no haber podido hacer entrar en razón a sus padres, dado que la decisión había sido “de ella” y, como había buscado el método para tener una sexualidad responsable, esperaba apoyo de ellos.
En una segunda relación de pareja, que se gestó un año después de haber terminado la primera, nos cuenta que también sostuvo relaciones sexuales, pero que esta vez fue “distinto” dado que ella ya tenía 18 años y que esperaron casi un año completo para tener relaciones. En esa ocasión, el pololo era virgen; y sintió que no apuraron las cosas por eso, aunque según lo expuesto con ella el tema sexual, a diferencia de la primera relación, no tenía vital importancia, dado que disfrutaban mucho más pasar el tiempo juntos haciendo otras cosas.
Para finalizar, al preguntarle si se arrepiente de algo, responde que aunque lo hiciera no sacaría nada, pues no puede cambiar sus acciones pasadas. Pero que si existiera la posibilidad de retroceder el tiempo, habría pensado un poco más las cosas y habría esperado más tiempo, aunque, según dice, no se arrepiente de la persona a la que se entregó por primera vez.

La siguiente historia trata sobre una joven que actualmente cuenta con 19 años. Ella nos cuenta que comenzó una relación sentimental hace más de 4 años, la cual fue y es un pilar fundamental en su vida. Con su pareja construyeron una relación fuerte y de confianza, en la cual después de 1 año, experimentaron su sexualidad. Según confiesa esta joven, ella intuyó a los pocos meses de la relación que con el pasaría su primera experiencia sexual, ya que se sentía enamorada y sentía que era el hombre adecuado. Sin embargo, cuenta que le dio un poco de vergüenza la edad en que vivió esto, 16 años, ya que se encontraba muy pequeña, dice que influyo que su grupo de amigos eran mayores que ella, y estaban viviendo las mismas experiencias. Por esta misma razón no le contó a su mamá, y por la misma razón esperó un año para mantener una relación sexual; por la edad.
Dice que a pesar que su madre le brindo la confianza necesaria para ella poder preguntarle dudas acerca de su sexualidad, ella acudió a sus amigos y a la información brindada en el colegio principalmente.
Actualmente sigue con la misma pareja, tiene una sexualidad activa y responsable. No se arrepiente de haberlo hecho, solo se arrepiente de no haber confiado en su mamá, para contarle los procesos que estaba viviendo en ese entonces.

El cuarto y último testimonio lo protagoniza un joven de 20 años, estudiante universitario, quien, según nos cuenta a los 17 años tuvo su primera experiencia sexual con una joven con la que tenía una relación estable, la cual duró 2 años, el encuentro fue a los 4 meses de estar juntos. La joven era mayor que él.
Este joven nos relata que no le hizo ningún comentario acerca de estas vivencias a su familia. Al mirar hacia atrás, dice que si bien en su momento fue importante, hoy no considera que lo marcó, ni le da mucha importancia.